Las propiedades antioxidantes determinan la capacidad de una sustancia para neutralizar los radicales libres o moléculas reactivas que pueden dañar las células del cuerpo.
Los radicales libres se crean como resultado de procesos metabólicos y bajo la influencia de factores externos como la contaminación ambiental, la radiación ultravioleta o el estrés. Un exceso de estos factores conduce al estrés oxidativo, que contribuye al desarrollo de muchas enfermedades, incluido el cáncer, las enfermedades cardíacas y enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. Los antioxidantes, como las vitaminas C y E, el betacaroteno, el selenio, los polifenoles y la curcumina, tienen la capacidad de neutralizar los radicales libres, lo que protege a las células del daño.
El consumo regular de alimentos ricos en antioxidantes (frutas, verduras, nueces, tés y especias) puede favorecer la salud fortaleciendo el sistema inmunológico, favoreciendo la regeneración celular y previniendo el envejecimiento del cuerpo. Las propiedades antioxidantes juegan un papel clave en la prevención de muchas enfermedades, por lo que vale la pena incluir en la dieta productos ricos en estos valiosos ingredientes.