La cúrcuma (Curcuma longa) es una planta originaria del sudeste asiático cuyo rizoma es muy utilizado como especia y remedio natural.
Contiene un compuesto activo llamado curcumina, que le confiere su intenso color amarillo anaranjado y tiene poderosas propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antibacterianas. La cúrcuma se ha utilizado en la medicina tradicional ayurvédica y china durante miles de años para tratar una variedad de dolencias, incluidos problemas digestivos, inflamación, dolor en las articulaciones y para apoyar la función hepática. En el contexto de los métodos curativos naturales, la cúrcuma está ganando popularidad como medio para apoyar un sistema inmunológico saludable y reducir el riesgo de enfermedades crónicas, incluidas enfermedades cardíacas, diabetes e incluso cáncer. La curcumina se puede encontrar tanto como especia como suplemento dietético. La suplementación con curcumina a menudo se recomienda para personas que padecen afecciones inflamatorias, como la artritis reumatoide, debido a su capacidad para reducir el dolor y la hinchazón.
Gracias a sus propiedades, la cúrcuma forma parte importante de las terapias naturales que apoyan la salud y el equilibrio del organismo. El uso regular en su dieta puede respaldar el cuidado preventivo de la salud, pero vale la pena consultar a un médico antes de tomar un suplemento para asegurarse de que la cúrcuma sea segura y eficaz en su caso.