La cúrcuma se ha utilizado en métodos de curación natural durante miles de años. Sus propiedades beneficiosas para la salud eran conocidas en la antigua India y China. La medicina ayurvédica y china utiliza la cúrcuma para tratar enfermedades de la piel, enfermedades respiratorias y digestivas y para aliviar el dolor de las articulaciones, entre otras cosas. El uso de la cúrcuma en forma de complementos alimenticios está muy extendido y se recomienda como beneficioso para una amplia gama de dolencias. ¿Es seguro el uso de cúrcuma y curcumina en forma de complementos alimenticios?
Según fuentes oficiales, el consumo de cúrcuma y curcumina se considera generalmente seguro. La FDA afirma que la cúrcuma y la curcumina son seguras y bien toleradas por el cuerpo humano. La ingesta diaria máxima de cúrcuma se establece en unos 8 gramos. Tomar dosis demasiado altas de curcumina puede causar problemas gastrointestinales en forma de dolor abdominal, náuseas o diarrea.
Se han realizado investigaciones sobre las propiedades de la cúrcuma durante décadas, pero es difícil encontrar información sobre la dosis óptima de extractos de curcumina en relación con enfermedades específicas. Sin embargo, los estudios demuestran que la cúrcuma tiene propiedades antiinflamatorias y antivirales, es un antioxidante muy potente y tiene un fuerte efecto anticancerígeno. Estas propiedades se reflejan en el apoyo al tratamiento de muchas enfermedades modernas, incluidas la osteoartritis, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos del sistema digestivo, las enfermedades metabólicas, las enfermedades de la piel y del hígado y los trastornos del sistema inmunológico.
Es obvio que debe consultar a su médico antes de comenzar a usar cualquier suplemento dietético, incluida la cúrcuma y la curcumina. Las personas que toman medicamentos anticoagulantes, se someten a quimioterapia o tienen problemas de vesícula biliar deben tener especial cuidado. Las personas con diabetes deben saber que la cúrcuma puede reducir los niveles de azúcar en sangre. Las mujeres embarazadas y las madres lactantes también deben tener especial cuidado.