La cúrcuma, y en particular la curcumina que contiene, es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Estudios recientes sugieren que la curcumina también puede tener un efecto beneficioso sobre los niveles de glucosa en sangre, lo que la convierte en una posible ayuda en la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 2.
La curcumina puede reducir los niveles de glucosa a través de varios mecanismos. Lo más importante es que la curcumina mejora la sensibilidad de las células a la insulina y permite que el cuerpo utilice la hormona de manera más efectiva para regular los niveles de azúcar en sangre.
Los estudios han demostrado que la curcumina puede aumentar la actividad de las enzimas responsables del metabolismo de la glucosa, lo que ayuda a reducir los niveles excesivos de glucosa en la sangre. Además, las propiedades antiinflamatorias de la curcumina pueden contrarrestar la inflamación crónica que a menudo se asocia con la resistencia a la insulina y el desarrollo de la diabetes.
Además, los estudios clínicos sugieren que la suplementación con curcumina puede reducir la hemoglobina glucosilada (HbA1c), que es un indicador de los niveles de glucosa en sangre a largo plazo. Por lo tanto, incluir curcumina en la dieta puede ayudar a mantener niveles estables de azúcar en sangre, lo que es crucial para las personas con diabetes o en riesgo de desarrollarla.